Por: Barb Arland-Fye
El Mensajero Católico
El personal del Hotel Blackhawk de Davenport sabía que el próximo obispo de la diócesis de Davenport se alojaría en el hotel el 24 de junio, pero no sabía su nombre. El protocolo del Vaticano exigía que su identidad permaneciera en secreto hasta el anuncio oficial del 25 de junio. Seis meses después, el obispo Dennis Walsh describió su alojamiento en el Hotel Blackhawk como “la mejor habitación que he tenido en mi vida”.
Cuando se marchó el 26 de junio, el empleado de recepción le dijo al obispo electo: “Excelencia, le hice una habitación mejor en agrade-cimiento por todo lo que la Diócesis de Davenport hizo por mi madre. Ella era una inmigrante que llegó a los Estados Unidos y la Diócesis de Davenport la ayudó con sus trámites de inmigración”. El obispo Walsh compartió esa historia el 12 de diciembre durante la celebración del 50 Aniversario de la Oficina de Inmigración de la Diócesis de Davenport en la Universidad San Ambrosio en Davenport.
La Oficina Diocesana de Inmigración ayuda a los ciudadanos estadounidenses y a los residentes legales permanentes a solicitar al gobierno visas que permitan a sus familiares inmigrar a los Estados Unidos. Los residentes legales permanentes pueden solicitar visas para sus hijos y cónyuges, mientras que los ciudadanos estadounidenses también pueden solicitar visas para sus hermanos y padres. La oficina también ayuda al obispo a preparar documentos para solicitudes de visas religiosas.
A veces, “olvidamos que nosotros, como católicos, somos una Iglesia de inmigrantes. Todas las parroquias en las que he servido como sacerdote han sido construidas por decididos inmigrantes irlandeses, italianos y polacos, que sacrificaron mucho para ayudar a sus familias”, dijo el obispo Walsh a los presentes.
“La historia de la Iglesia primitiva en los Estados Unidos se debe al prejuicio que enfrentamos. La Iglesia facilitó la inmigración de sus hermanos y hermanas y ayudó en su aclimatación a esta nueva nación. Ninguna de nuestras familias lo hizo sola”, dijo el obispo Walsh. “Debido al prejuicio, establecimos un sistema de escuelas católicas. Nunca en la historia de esta nación un grupo ha ascendido tan rápidamente al éxito como lo han hecho los católicos inmigrantes, gran parte de eso logrado mediante el sacrificio de las hermanas religiosas que educaron a la siguiente generación”.
“Estoy muy orgulloso del trabajo que hacemos como Iglesia… una voz constante de preocupación por aquellos que están frente a nosotros, independientemente de su estatus. Siempre cuidaremos de aquellos que acudan a nosotros en busca de ayuda y siempre estaremos allí para ellos”, dijo el obispo. Agradeció al personal y a los voluntarios de la Oficina de Inmigración “por el trabajo que realizan en nombre de la Iglesia”.
En agradecimiento
La Oficina de Inmigración diocesana “realmente ayudó a mi familia”, dijo Álvaro Macías, quien llegó a Estados Unidos desde México con su familia en 1987. Macías es ahora vicepresidente de Desarrollo Comunitario de Ascentra Credit Union, con sede en Bettendorf, que ayuda a los inmigrantes que buscan la reunificación familiar, a obtener préstamos a bajo interés para pagar los gastos relacionados con el proceso. La diócesis cobra una tarifa nominal, que no cubre las tarifas del gobierno federal.
Macías dice que sabe que algunas familias tienen dificultades para pagar las tasas, mientras que las organizaciones sin fines de lucro, como la Oficina de Inmigración diocesana, necesitan fondos para ser sostenibles. “Así que esto llena el vacío”, dijo Macías sobre el programa de préstamos a bajo interés.
“La Oficina de Inmigración ha brindado servicios legales a inmigrantes y refugiados durante todos estos años y no ha necesitado hacer publicidad”, dijo el diácono Kent Ferris, director diocesano de Acción Social y de Caridades Católicas, que supervisa la Oficina de Inmigración. “Los clientes se lo han contado a sus amigos y familiares. La oficina es confiable. A lo largo de los años, se ha atendido a 10.000 clientes y muchos más miembros de sus familias se han beneficiado gracias a la posibilidad de trabajar y tener un estatus legal”, dijo en la reunión.
El diácono Ferris reconoció al personal y los voluntarios de la Oficina de Inmigración. Las consejeras de larga trayectoria Gricelda Garnica y Karina Garnica están acreditadas como -consejeras de inmigración del Departamento de Justicia de los EE. UU. La empleada Vanessa Torres ha realizado cursos para obtener la acreditación de consejera certificada.
- Gricelda Garnica, empleada desde hace 27 años, “ha sido de gran ayuda a medida que se han aceptado nuevos tipos de casos, incluidos los de clientes que llegaron a nuestro país cuando eran niños y se han beneficiado de la Ley Dream”, dijo el diácono Ferris. También ha ayudado a víctimas de violencia.
- Karina Garnica, empleada desde hace 20 años y medio, “ha trabajado durante muchos años como consejera, incluido su trabajo reciente con personas que necesitan visas religiosas. Karina conoce muy bien a sus clientes, sabe cuándo los casos especiales necesitan atención adicional”, dijo el diácono Ferris. Torres se incorporó a la oficina más recientemente. “Aunque recién se instaló, Vanessa tiene raíces profundas en la oficina”, agregó.
- Glenn Leach, un voluntario de larga trayectoria, fue el primer beneficiario de un certificado de voluntariado que lleva su nombre. “Conoce algunos aspectos de la ley de inmigración. Conoce nuestro sistema de base de datos de clientes. Ha ayudado con la comunicación con miembros del Congreso y con embajadas extranjeras”, dijo el diácono Ferris. Leach asegura que “nuestros colegas de la Cancillería saben que los asesores están brindando servicios legales de alta calidad”.
- El diácono Ferris agradeció al abogado de Iowa City, Dan Vondra, “un colega de confianza”, por su consulta con la Oficina de Inmigración, y a los fieles católicos por sus contribuciones a la Campaña Anual Diocesana, que brinda “un apoyo financiero vital a la Oficina de Inmigración”.
- También recibieron agra-decimiento Steve Spring de Iowa City, un autodenominado “viejo trabajador católico”, quien ha hecho dos contribuciones financieras significativas a la Oficina de Inmigración, y Ascentra Credit Union por ofrecer un paquete de financiamiento único a los clientes necesitados.
“Mi educación católica se basó en el Evangelio social”, dijo Spring después de la celebración. “Las obras de misericordia corporales han sido importantes para mí, en particular las obras de misericordia relacionadas con la inmigración. La Diócesis de Davenport tiene una larga y fructífera trayectoria de trabajo con inmigrantes”, dijo. “Es muy importante hacer una donación para permitirles continuar con su trabajo”.
“La familia es la institución social central que debe ser apoyada y fortalecida, no |socavada”, dijo después el diácono Ferris. Ayudar a las familias a reunificarse “sigue siendo una expresión clara de nuestra fe católica”