Aprovechemos el Tiempo Ordinario

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Por: Padre Joseph Sia
El Mensajero Católico

Fr. Sia

Como sacerdote, suelo pensar en el “Tiempo Ordinario” como un período de descanso entre los momentos de mayor actividad del año litúrgico; no tengo que preocuparme por cosas especiales o que debo recordar hacer en las Misas los fines de semana o qué color de casulla usar (¡simplemente me pongo una verde y estoy listo para celebrar la Misa!). Si bien estas son realidades prácticas, necesito seguir recordándome que el Tiempo Ordinario puede ser tan significativo como el Adviento, la Navidad, la Cuaresma o la Pascua y que las Misas celebradas durante este tiempo deben prepararse y celebrarse con la misma reverencia.

No hay ningún misterio específico de la vida de Cristo al que se le preste especial atención durante el Tiempo Ordinario. Aquí el término “ordinario” se utiliza en el sentido de “ordinal” u “ordenado” en lugar de sugerir algo común; representa la progresión ordenada del tiempo excluyendo los principales tiempos litúrgicos. Es el momento de integrar los misterios de Cristo que recordamos durante los “tiempos especiales” del año, para eso podemos hacerlo con la ayuda de las lecturas y oraciones de este periodo litúrgico.

Por ejemplo, ahora que acabamos de celebrar la Navidad, debemos continuar explorando las implicaciones de que Dios se haya hecho carne humana. Quizás estés sufriendo dolor en una parte de tu cuerpo. ¿Cómo puedes relacionar eso con saber que nuestro Dios, precisamente porque nació como ser humano hace 2.000 años, también experimentó un tremendo sufrimiento en su cuerpo? Tal vez tengas dificultades con las palabras de Jesús de que debemos “comer su Cuerpo y beber su Sangre”. ¿Te ayudaría si meditaras en estas palabras a la luz del nacimiento de Jesús en un pesebre, que es donde se alimentan los animales, por tanto, eso acaso no simboliza que estaba destinado a ser comido? 

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Durante el Tiempo Ordinario, el color litúrgico utilizado es el verde, que representa el crecimiento y la vida. Creo que es una indicación apropiada de lo que espiritualmente debemos experimentar durante este tiempo. Debemos continuar creciendo en nuestra relación con Dios tal como se revela en Cristo y los sacramentos que él ha establecido para que nuestra experiencia de vida pueda ser más rica y gozosa. El Tiempo Ordinario es un tiempo para reflexionar y vivir la fe cristiana en los aspectos cotidianos de la vida. Es un momento de conversión y transformación continua de nuestro corazón y mente a medida que abrazamos aún más el don de nuestra fe católica y, al mismo tiempo, nos abrimos más plenamente para rendirnos a la gracia divina.   

!Que tengáis un Tiempo Ordinario lleno de bendiciones!

(El Padre Sia es pastor de Santa María de la Visitación y San Patricio en Ottumwa y Santa María Magdalena en Bloomfield.)


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