Mons. Thomas Zinkula, obispo de Davenport, da la bienvenida a los participantes a la Cumbre Sinodal Diocesano el 17 de junio en la Universidad de San Ambrosio en Davenport.
Por: Barb Arland-Fye
El Mensajero Católico
DAVENPORT — Las personas que llevaban pancartas, el Libro de los Evangelios y un ícono de la Santísima Trinidad encabezaron una procesión en el Centro Rogalski de la Universidad San Ambrosio para la Cumbre Sinodal de la Diócesis de Davenport el pasado 17 de junio.
La entronización del Libro de los Evangelios sirvió como un recordatorio para la reunión de varios cientos de personas de parroquias y escuelas de toda la diócesis, que “Cristo es el que verdaderamente ‘preside’ cualquier consejo o sínodo… Nos reunimos bajo la autoridad de Cristo para discernir: para escuchar lo que la Palabra tiene que decirnos; y luego somos enviados a seguir lo que la Palabra nos pide” (Folleto Cumbre sinodal).
En sus palabras de bienvenida, el obispo de Davenport, Mons. Thomas Zinkula resumió el Sínodo universal de los obispos, que el Papa Francisco encargó en el 2021 y que dio el paso inusual de buscar la opinión de los laicos sobre el futuro de la Iglesia Católica. El Sínodo comenzó con sesiones de escucha en todo el mundo, que abordaron tres dimensiones: comunión, participación y misión, y dieron como resultado informes nacionales, continentales y universales, que el Sínodo de los Obispos abordará en octubre de este año y nuevamente el próximo.
El proceso sinodal, que significa caminar juntos como pueblo de Dios, inspiró a la Diócesis de Davenport a “continuar con esto. La acogida y la pertenencia son una base sobre la que podemos construir”, dijo el obispo Zinkula en la reunión. Para hacer avanzar la ayuda en las parroquias y las escuelas, “es necesario que haya una mayor colaboración entre el clero y los laicos… para difundir juntos la Buena Nueva de Jesucristo”.
El obispo Zinkula dijo que los organizadores de la Cumbre Sinodal Diocesana planearon tres paneles “para compartir pensamientos e ideas” sobre cómo podemos hacer un mejor trabajo al dar la bienvenida a las personas a nuestras parroquias y escuelas, permitiéndoles así tener un mejor sentido de pertenencia”.
Fomento del trabajo en equipo
Animó a los representantes a unirse a este esfuerzo, formando un pequeño equipo para colaborar con sus párrocos, consejos pastorales parroquiales, directores de escuelas y juntas escolares. “Sea razonable en lo que decida asumir”, dijo el obispo. La diócesis está planeando algunas actividades con el tema de la bienvenida y la pertenencia este año, para las parroquias y las escuelas que no pueden lograr por sí solas, agregó. Manifestó que el proceso será complicado. “La vida es desordenada. No sé a dónde irá esto. El Papa Francisco no sabe adónde va a llegar esto. Necesitamos dejar espacio para que el Espíritu nos guíe”.
Después de las palabras del obispo, los participantes conversaron en mesas redondas, compartiendo experiencias personales de acogida y pertenencia o falta de ella. Los líderes parroquiales, escolares y diocesanos compartieron sus puntos de vista durante los paneles de discusión sobre comunión, participación y misión, seguidos de oportunidades de preguntas y respuestas y conversaciones de mesa. El Mensajero Católico proporcionará artículos separados de cada panel en las próximas semanas.
El obispo Zinkula dijo que estaba “complacido y animado por la energía de los representantes y otros que asistieron a la Cumbre Sinodal Diocesana, su amor por su fe católica y su deseo de dar una mejor bienvenida a las personas, para que participen en la vida de la Iglesia, para que tengan un mayor sentido de pertenencia. En consecuencia, cuando dejé la cumbre tenía grandes esperanzas de que esta iniciativa sinodal dé sus frutos a medida que los representantes desarrollen y pongan en práctica planes de acción parroquiales y escolares en torno al tema de la acogida y la pertenencia”.
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