Los sacerdotes jubilados continúan con el ministerio parroquial aun después de su retiro

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El padre diocesano y jubilado Bob McAleer, celebró una misa en la parroquia de San Antonio en Davenport a principios de este año. Ahora, sirve a la parroquia como parte del equipo pastoral.

Por: Lindsay Steele
El Mensajero Católico

El padre Robert McAleer se retiró del ministerio activo en el 2014 y, desde entonces, ha sido celebrante sustituto en la parroquia de San Antonio en Davenport. Cuando Mons. Thomas Zinkula le sugirió la posibilidad de servir a la parroquia de forma periódica, como sacerdote jubilado, el padre McAleer aprovechó la oportunidad.

“Dado que ya estaba celebrando misa con frecuencia en San Antonio, creía que mi asignación como sacerdote mayor, me daría el ‘hogar espiritual’ que he extrañado desde que me jubilé”, dijo el padre McAleer. “Tal asignación ofrece a la gente una relación mucho más allá de simplemente presentarse como visitante a la misa”.

El padre McAleer es uno de los tres sacerdotes jubilados que comenzarán a servir en las parroquias de forma permanente en la Diócesis de Davenport este año. El padre Tony Herold servirá en la Parroquia de San Juan Vianney en Bettendorf y el padre Richard Okumu servirá en la parroquia de Santo Tomás More en Coralville y en la parroquia de San Patricio en Iowa City a partir del 1 de julio. “Reconocer a los sacerdotes retirados afirma el deseo de algunos sacerdotes de continuar el ministerio en las parroquias después de la jubilación de una nueva manera, dijo el diácono David Montgomery, Canciller Diocesano y Jefe del Personal. “Beneficia al sacerdote al responder al llamado de servir a los demás y beneficia a la parroquia a la que sirve al compartir el buen trabajo que solo un sacerdote puede brindar”.

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Direccionando la escasez de sacerdotes

La Diócesis de Davenport, como la mayoría de las diócesis de los Estados Unidos, está experimentando “una creciente escasez de sacerdotes, lo que dificulta brindar atención pastoral adecuada a la gente de la diócesis”, dijo Mons. Thomas Zinkula. “Estamos haciendo una serie de cosas para abordar la situación, como promover activamente las vocaciones, reestructurar las parroquias, buscar la ayuda de sacerdotes internacionales y nombrar ocasionalmente coordinadores de vida parroquial. Mientras tanto, somos bendecidos con un recurso que no se está utilizando por completo: muchos sacerdotes jubilados, sabios y experimen-tados”.

El padre McAleer tiene la oportunidad de conversar con el clero de todo el país a través de su participación en la Asociación de Sacerdotes Católicos de los Estados Unidos. Él escucha acerca de los católicos que tienen acceso limitado a la Eucaristía debido a la escasez de sacerdotes, su corazón sufre por ellos. “He llegado a saber cuán importante es en la vida de nuestra gente que tengan la oportunidad de la Eucaristía”. Servir como sacerdote jubilado “es algo que nosotros, como sacerdotes jubilados, podemos hacer para ayudar”.

Una opción flexible

Las funciones de los  sacerdo-tes retirados son de manera similar a la de los vicarios parroquiales; pero con mucha más flexibilidad. “El sacerdote jubilado asignado y el párroco hablan y acuerdan cuánto tiempo dedicará el sacerdote mayor al ministerio parroquial cada semana y qué servicios brindará a la parroquia”, dijo el obispo. Este arreglo es beneficioso para el párroco de una parroquia o grupo de parroquias que, debido a la disminución del presbiterio, “tiene cada vez más en su plato”. Un sacerdote mayor puede ayudar a “aliviar el peso” y brindar un “ministerio sacerdotal competente”.

Los sacerdotes jubilados dispuestos a servir regularmente ayudan a las parroquias celebrando Misa, brindando Sacramentos y completando otras tareas. Algunos prefieren servir en una parroquia y “conocer a los miembros y pertenecer a una comunidad en particular”, dijo Mons. Zinkula. La asignación de un sacerdote mayor ofrece esa oportunidad a los sacerdotes jubilados, pero también puede ser una opción para los sacerdotes que se acercan a la jubilación; pero se sienten excesivamente agobiados por las tareas administrativas, quizás debido a las limitaciones físicas asociadas con el envejecimiento. Es el sacerdote jubilado quien inicia la solicitud para ser asignado como sacerdote mayor, dijo el diácono Montgomery.

El padre McAleer, quien comenzó su nueva asignación el 1 de mayo, aprecia la flexibilidad del estatus de sacerdote jubilado.  Él y padre Rodolfo Juarez, párroco de San Antonio,  acordaron un cronograma que le da tiempo al Padre McAleer para continuar con otros ministerios cercanos a su corazón. Estos incluyen el ministerio de oración de Unbound y la celebración de Misa con las hermanas religiosas en Davenport, Clinton y Rock Island, Illinois. “Lo más importante para mí es que puedo seguir ministrando y ofreciendo a la Iglesia los dones que todavía tengo”.

Una oportunidad para conectar

Padre Herold, párroco de la parroquia del Sagrado Corazón en Newton y ex Vicario General, recuerda que Mons. Thomas Zinkula hizo una lluvia de ideas sobre el tema de los sacerdotes jubilados hace algunos años. “Siempre fue algo que me atrajo”, dijo padre Herold, quien se desempeñará como sacerdote mayor en la parroquia de San Juan Maria Vianney en Bettendorf a partir del 1 de julio, una vez que se haya jubilado.

El padre Richard Adam, párroco de la parroquia, dijo sentirse emocionado y ansioso por darle la bienvenida al padre Herold a la parroquia. “Esta es una parroquia enorme y aunque siento que las cosas van bien, tener otra mano amiga a bordo y lista para ayudar será muy beneficioso”. El padre Adam anticipa que el padre Herold celebrará la misa y asistirá con las visitas a los hogares y al hospital, la unción y otros ministerios pastorales “para aquellos que laman y solo necesitan hablar con un sacerdote”. Un sacerdote jubilado “realizará estos ministerios y será muy apreciado”.

“Me encanta celebrar Misa, predicar y ministrar al pueblo de Dios”, dijo el padre Herold. La asignación flexible de tiempo parcial “me brindará la oportunidad de ser relevado del ajetreado trabajo de administración (mientras) me dedico al ministerio de la Palabra y los Sacramentos. Tengo muchas ganas de conocer a los feligreses de la parroquia de San Juan Maria Vianney y trabajar en estrecha colaboración con el padre Adam”.


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