Jueves de la cena del Señor, mesa para todos

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Por Padre Miguel Medina Pacherre
Arquidiócesis de Piura, Perú

Hoy Jesús invita la Cena, una cena diferente a la de años anteriores, una mesa en la que estamos todos invitados, un compartir mucho más que alimentos rituales o espirituales, es una mesa de solidaridad; mesa que se ensancha cada vez que hay nuevos comensales; una Cena que no excluye ni descarta, una fiesta con Cena especial, nadie queda con hambre; así como en la multiplicación de los panes, un muchacho puso su lonchera, cinco panes y dos peces y bastó para que quedaran todos satisfechos; pero antes, Jesús dijo la Acción de Gracias y, es que, cuando bendecimos los alimentos, cuando antes de comer agradecemos a Dios y a nuestros padres el pan que recibimos, el alimento sobra: “Y que-daron doce canastas de sobras”, una para cada uno de los calculadores apóstoles que se hacían los desentendidos.

Cuando celebro la Misa, pienso que es fácil ofrecer a Dios el Cuerpo y la Sangre de otro, aun cuando sea la sangre de su Hijo y, que yo también debo poner, aunque sea una gota de mi propia sangre, mi vida, mi cuerpo entregado también por los demás; no ser solamente celebradores y predicadores del sacrificio de otros o del heroísmo ajeno, llevando a la par una vida egoísta e indiferente a las necesidades de los más pobres. 

Hoy, cabe hacer mención de esos cristos de los últimos días: “marinos donan sangre, agentes de la policía contagiados con el virus, ciudadanos ofrecen refrigerio a los custodios del orden, policía muere al caer de una camioneta cuando se dirigía con otros a resguardar las fronteras por Ayabaca”, etc., cristos de este Jueves Santo, que nos mueven a salir de nuestro egoísmo y dar paso a caridad, así llamamos a la solidaridad.

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Pero, en esta mesa hay algunos judas que con el pretexto de los pobres se aprovechan de la desgracia ajena para robar o pescar a río revuelto. El Papa fustiga a las ONG por quitar el dinero a los pobres gastándose el 60 % en pagos a su “gente de confianza”; la solidaridad humana en manos de mercenarios; Consorcios de todo tipo formados para medrar, para esquilmar, para quedarse con la torta a costa de los más necesitados; autoridades municipales y regionales que trafican con las donaciones y que llevan sus cámaras para “hacerse publicidad” con el dinero ajeno.

Eucaristía es dar vida, no quitarla; es lavar los pies, humildad y espíritu de servicio siempre y no lavarse las manos como Pilato y a la par condenar al inocente; Eucaristía, Cristo, no quita nada, lo da todo.


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