Por Lindsay Steele
El Mensajero Católico
Hace unos siete años, Alicia Nava, de Davenport estaba luchando contra la depresión. Nada parecía ayudarla.
Comenzó a sentirse mejor cuando inició su participación en las misas de sanación. La combinación de la confesión, la misa y las oraciones de sanación le ayudaron a sentir el Espíritu Santo de una manera poderosa. “Ahora todo es bueno, y alabo a Dios por eso”, dijo con una sonrisa.
Como líder laica de las misas mensuales de sanación en la Diócesis de Davenport, disfruta viendo cómo el Espíritu Santo está trabajando en las vidas de las personas que la rodean. “Puedo ver lo que la gente es cuando entran, y cuando se van, sus rostros son diferentes. … Han expe-rimentado la sanación, la presencia de Dios y han visto un cambio en sus vidas.”
Las Misas de Sanación son bilingües y tienen lugar el tercer jueves de cada mes a las 7 pm, las confesiones son escuchadas a las 6 pm y las oraciones de sanación y adoración eucarística son después de la Misa. El lugar se alterna entre la Iglesia Católica San Alfonso, en Davenport y la Iglesia Católica Santa Maria y San Matías, en Muscatine.
Historia de las Misas de Sanación
Las Misas de Sanción surgieron por parte de la Renovación Carismática Católica a finales de los años 60, según el padre Ed O’Melia, sacerdote diocesano jubilado, la intención del movimiento de la renovación carismática fue ayudar a los católicos a sentir la presencia de Dios a nivel personal y expresar los dones del Espíritu Santo. El movimiento de la Renovación Carismática ayudó a mostrar a la gente que Jesús “todavía está vivo y trabajando con nosotros.” Los aspectos de sanación de la fe fueron una parte de eso, y es por lo que el clero comenzó a celebrar “Las Misas de Sanación” en combinación con la confesión y las oraciones para la sanación.
¿Qué es la Sanación?
En las misas de Sanación, la gente ora por una variedad de males espirituales, emocionales o físicos.
La respuesta de Dios podría ser o no ser lo que se uno espera. “Dios responderá de su propia manera misteriosa “, explicó el padre Troy Richmond, pastor de la parroquia de Santa María y San Matías, en Muscatine.
El padre O’Melia dijo que es importante que la gente tenga un enfoque saludable para la sanación. Parte de la sanación es la capacidad de estar en paz con lo que suceda, y sentir la presencia de Dios en el camino.
¿Qué sucede en una misa para la curación?
Antes de la misa, los sacerdotes escuchan confesiones. Mary González de East Moline, Illinois, dijo: “La confesión comienza el proceso de sanación.”
La Misa de Sanación no tiene su propia liturgia; El sacerdote celebrante incorporará intenciones de la Misa que se centran en la sanación. El padre Richmond dice que “cada misa es una Misa de Sanación porque es allí que encontramos a Jesús, el médico divino. Cuando recibimos la Sagrada Comunión, debemos traer al Señor a todas aquellas áreas de nuestras vidas donde hay necesidad de sanación (física, emocional y espiritual).”
Después de la Comunión, la Eucaristía es expuesta y el clero comienza a ofrecer oraciones para la sanación. Los líderes laicos están ahí para ayudar a tomar a la gente que cae en el espíritu.
¿Quién debería ir?
El padre Richmond dijo que los católicos pueden no ser cons-cientes del amplio alcance de las habilidades de sanación de Dios. “Todos necesitamos sanidad de un tipo u otro. Todos estamos heridos por el pecado original y la fortaleza que el pecado ha tenido en nuestras propias vidas.”
Él observa que mucha gente siente vergüenza y baja autoestima, pero puede que no piense en pedir sanación por eso. Las Misas de Sanación pueden ser una oportunidad para abordar y superar los sentimientos negativos que pueden obstaculizar nuestra relación con Dios, con la familia y con otros. “La sanación final del corazón viene cuando experimentamos la profundidad del amor de nuestro Padre Celestial por nosotros, como sus hijos amados; y cuando escuchamos su voz de amor hablando sobre nosotros: ‘Tú eres mi amada hija / hijo y contigo estoy complacido.’”