Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
Nosotros sabemos lo que es caminar en la obscuridad, buscando alojamiento; buscando bienestar para nosotros y nuestros familiares. Sabemos del frio y del hambre. Por eso, nuestro corazón
acompaña durante todo este tiempo a José y María, del mismo modo en que fuimos acompañados alguna vez o, quizás, para que no sientan la soledad que las situaciones inesperadas traen consigo. Y aquí estamos con ellos, guiados por la estrella de Belén, al lado de los pastores, a quienes nos unimos en un canto sin final: ¡Gloria a Dios en el Cielo y Paz a los hombres de buena voluntad!
Con la alegría de siempre les deseo a todos ustedes una ¡Feliz Navidad! ¡Qué Jesús nazca en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestros vecindarios, en nuestras ciudades! ¡Qué la humildad que nos testifica Jesús en el pesebre, sea nuestro comportamiento a lo largo de la vida! ¡Hagamos de nuestro corazón un ‘Belén’ donde Jesús nazca cada instante!
A la vez, nos acercamos al final de este almanaque y con una esperanza renovada, pedimos incesantemente que este 2025 sea mejor. Cuando digo que sea mejor, me refiero a que este 2025, nosotros seamos más de Dios, que hagamos lo posible para que este 2025, que nuestras familias, amistades, comunidades sean más de Dios. Que reconozcamos que Dios es el Dios de la historia: Presente, Pasado y Futuro.
Que la estrella de Belén ilumine nuestros caminos y nos guíe hacia un encuentro más profundo con Jesucristo. Que la Virgen María, Madre de Dios y nuestra Madre, interceda por nosotros ante su Hijo. Que san José sea el ejemplo para todos los padres de familia.
Que la alegría de la Navidad se prolongue durante todo el año, llenando nuestros corazones de paz y esperanza. ¡Feliz Navidad y Un Año que Pertenezca más a Dios!
En el Maestro, nacido en el establo,
Miguel Moreno
Director del Ministerio Multicultural
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