Ministerio de sanación

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Por: Padre Troy Richmond

El Mensajero Católico

A medida que leemos los Evangelios, es evidente que la curación fue una parte importante del ministerio de nuestro Señor. Desde los relatos de Jesús expulsando demonios, hasta la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro, vemos la alta prioridad que Cristo asignó a restaurar la salud del alma y del cuerpo de los enfermos. Desde las muchas curaciones físicas hasta el encuentro con la mujer samaritana en el pozo y la misericordia ofrecida a la mujer sorprendida en adulterio, Jesús deseaba curar a la persona entera: física, emocional y espiritualmente.

Sin embargo, la obra de sanación de nuestro Señor no terminó con su muerte, resurrección y ascensión. Cristo encargó a sus discípulos que continuaran su obra de sanación. “Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda criatura. Estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas. Cogerán serpientes [con sus manos], y si beben algo mortífero, no les hará daño. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mc 16, 15, 17-18).

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La Iglesia ofrece la curación a través de los sacramentos, en particular la Eucaristía, la unción de los enfermos y la confesión. La Iglesia continúa llevando a cabo la misión de curación de Cristo a través del ministerio de los sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos. Durante varios años,  Mons. Marvin Mottet ofreció Misas de Sanación en la Catedral del Sagrado Corazón en Davenport y en otras parroquias de la Diócesis de Davenport. Al final de estas Misas, equipos de oración compuestos por clérigos y laicos oraban por todos los que deseaban sanidad física, emocional y espiritual. Durante la última década más o menos, gracias al estímulo de Mons. Mottet, varios sacerdotes, diáconos y laicas comenzaron a reunirse regularmente para educarse, orar y discernir hacia dónde estaba dirigiendo el Espíritu el ministerio de sanación dentro de nuestra diócesis.

Hace varios años atrás, este grupo comenzó a orar por un mayor sentido de claridad y dirección para el ministerio de sanación dentro de nuestra diócesis. En nuestra oración sentimos, muy claramente, que se necesitaba una nueva dirección para avanzar. A través de todo un año de oración y discernimiento del movimiento del Espíritu, sentimos que era hora de hacer algo diferente a las tradicionales Misas de Sanación. Antes del estallido de la pandemia de COVID-19, lanzamos varias tardes de oración que llamamos “Enflame” (“Inflama”).

Durante nuestras veladas/tardes de oración “Enflame”, en el contexto de la adoración eucarística, tenemos tiempo para la alabanza y el culto, el ministerio ofrecido por un equipo de oración capacitado y varios sacerdotes disponibles para el sacramento de la confesión. Nuestra próxima tarde de oración de Enflame será el domingo 18 de septiembre en la parroquia de Santa María en Pella de 3 a 5 p.m. La tarde comenzará con la exposición del Santísimo Sacramento y continuará con música de alabanza y adoración, con equipos de oración y sacerdotes que estarán confesando y que estarán disponibles durante toda la tarde.

He tenido la bendición de ser parte del ministerio de sanación dentro de nuestra diócesis durante los últimos 12 años. He tenido el privilegio de presenciar muchas curaciones ya sean físicas, emocionales o espirituales. Mientras que muchos buscan la curación de sus enfermedades físicas, la curación más hermosa se produce cuando descubrimos que somos hijos amados y sostenidos en los brazos amorosos de nuestro Padre.


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