San José es un símbolo de la oración contemplativa

Facebooktwittermail
Lindsay Steele
A principios de este mes, Cameron Costello, seminarista de la Diócesis de Davenport, reza en la parroquia de Nuestra Señora de la Victoria en Davenport. Atrás, suyo un vitral de a Sagrada Familia.

Por Lindsay Steele
El Mensajero Católico

San José nunca habla en la Biblia y tal vez por eso se ha convertido para muchos en un símbolo de oración contemplativa y de apertura al amor y dirección de Dios.

Dan Teets, líder de los Padres de San José de Iowa City dijo: “San José está atento a Dios incluso mientras duerme, y cuando recibe los mensajes del ángel, inmediatamente se despierta y obedece.  San José se sacrificó al llevar a María a su casa, huyó con ella y Jesús a Egipto, y regresó solo cuando Dios le envió el mensaje, que ya era el momento para regresar”. Los católicos pueden seguir el ejemplo de San José al “escuchar a Dios en nuestros corazones, en nuestro descanso y en nuestros sueños como lo hizo San José”.

Sobre la oración contemplativa

epay

A lo largo de la historia, los católicos se han dedicado a la oración contemplativa. Por Tu Matrimonio, que es una iniciativa de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. (USCCB), señala que en la oración contemplativa “no se trata de decirle cosas a Dios, sino más bien escuchar lo que Dios nos está diciendo.”  Esencialmente, la oración contemplativa es un acto de sentarse en silencio con Dios y estar atento a su presencia.

Encontrar paz en el silencio

Cameron Costello, seminarista de la Diócesis de Davenport, mayormente reza en la presencia del Santísimo Sacramento, una práctica que comenzó hace varios años cuando meditaba sobre su vocación al sacerdocio. Él empieza con una oración espontánea, oraciones de acción de gracias y lee pasajes bíblicos. Luego, hace una reflexión silenciosa con los ojos cerrados durante varios minutos.

Costello encuentra consuelo y tranquilidad durante ese tiempo de silenciosa contemplación. “Dios nos ama más de lo que podemos imaginar, pero lo olvidamos”. Cuando deja la oración frente al Santísimo, se va con un sentimiento de paz, que perdura durante todo el día.

Una mirada amorosa

Muchas órdenes religiosas, incluyendo las Carmelitas Descalzas, siguen una vocación a la vida contemplativa. Barbara Grothe, miembro de la parroquia San Juan María Vianney en Bettendorf, ha sido parte de la Orden Seglar de Carmelitas Descalzos durante casi 25 años. Las carmelitas seglares pasan unas dos horas al día en oración, 30 minutos de los cuales se dedican a la oración contemplativa. “Una vida de oración construye una vida sólida sobre lo que sabemos que podemos contar con Dios”.

Por lo general, ella reza la Liturgia de las Horas y pone su alarma por un tiempo de 30 minutos. “Luego cierro los ojos y hablo a Dios sobre lo que sea… Principalmente, le abro mi corazón a Dios porque él se preocupa por mí. Entonces, me quedo en silencio y le entrego a Dios todo lo que tengo y lo que soy. Eso me brinda tranquilidad”, dijo.

‘Permanecer en mi’

La Lectio Divina es otra forma de practicar la oración contemplativa. Con raíces cristianas en la tradición benedictina, se inicia con una lectura lenta y deliberada de la Sagradas Escrituras o de un libro religioso seguida de meditación, oración silenciosa y contemplación.

Hal Green, que antes vivía en Muscatine, reza diariamente la Lectio Divina. Su práctica contemplativa se convierte en “una oración de respiración.  Cuando respiro digo mentalmente, ‘permanecer en mi’ y cuando exhalo, me digo: ‘Como yo permanezco en ti.’  Mientras respiro escucho a Jesús decir: ‘Permaneced en mi amor’. Después de varios minutos, estoy listo para afrontar el nuevo día, amando y permaneciendo en Cristo, quien también permanece en mí”.


Support The Catholic Messenger’s mission to inform, educate and inspire the faithful of the Diocese of Davenport – and beyond! Subscribe to the print and/or e-edition, or make a one-time donation, today!

Print Friendly, PDF & Email
Facebooktwittermail
Posted on