Por Barb Arland – Fye
El Obispo Martin Amos, comentando sobre la encuesta a los católicos diocesanos sobre los desafíos pastorales de la familia, ha señalado que existe una “desconexión entre la forma en que nuestra cultura piensa y la forma en que la Iglesia la posee, la hace presente y la anuncia por sí sola. El Concilio Vaticano II nos llama a participar de la cultura – a estar abiertos a lo que podemos aprender de ella, así como a proclamar lo que tenemos que ofrecer. Tenemos que escuchar mejor a nuestra sociedad y tenemos que proclamar mejor en términos en que nos puedan entender.”
La encuesta, realizada desde mediados de noviembre al 1 de diciembre, fue en respuesta a un pedido del Vaticano, que busca una visión sobre las cuestiones del matrimonio y la familia, desde la perspectiva de los obispos de todo el mundo, a fin de preparase a un Sínodo extraordinario en octubre de 2014 y seguido de otro Sínodo para el 2015.
Participaron en la encuesta católicos de por lo menos 22 ciudades de dentro y fuera de la Diócesis de Davenport. La encuesta está publicada en línea y en el periódico The Catholic Messenger (El Mensajero Católico). El Obispo Amos dijo que algunas personas de otros estados y, que no tenían acceso a la encuesta en sus diócesis, eligieron participar en la realizada por la Diócesis de Davenport. En conjunto, los encuestados representaban menos del 1 por ciento de los 95.727 católicos de la diócesis; pero Mons. Amos atribuye esta bajo porcentaje en la respuesta, a la brevedad de los plazos dados para la encuesta por parte del Vaticano y a la complejidad de las preguntas. “Una vez que logras pasar el primer par de preguntas, fue muy difícil” – remarcó.
Las preguntas, destinadas inicialmente para ser respondidas por los obispos, se extendieron a un público más amplio de católicos. Según Mons. Amos, puesto que el Vaticano concedió un plazo muy corto y las preguntas no eran “de fácil manejo por parte de la feligresía,” “era provechoso tener una idea de lo que piensa la gente.”
Las nueve preguntas abordaron temas tales como la familiaridad con la enseñanza de la Iglesia, los documentos teológicos y la ley natural, lo bien que las familias transmiten la fe, la comprensión de las parejas acerca del sacramento del matrimonio, y el impacto de la separación y el divorcio en la participación de los sacramentos, la cohabitación; las uniones del mismo sexo; la anticoncepción y la planificación familiar natural.
Mons. Amos escogió, considerando el área en que son especialistas, a nueve empleados diocesanos para analizar las respuestas presentadas. El Obispo editó las respuestas en un informe de 12 páginas que presentó a fines de diciembre a la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. , el cual a su vez enviará informes de todos los obispos de Estados Unidos al Vaticano, en preparación para el Sínodo extraordinario de Obispos en octubre. El tema del Sínodo es “Los retos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.”
Según el informe del obispo: “Muchos católicos en la Diócesis de Davenport no están familiarizados con los documentos eclesiales que atañen a la enseñanza de la Iglesia en cuanto al valor de la familia. La mayoría aprende acerca de estas enseñanzas a través de las homilías y de otras fuentes, tales como los talleres de preparación bautismal y matrimonial, de los medios de comunicación tanto de la Iglesia como públicos y de su familia de origen.”
Señala el obispo que el poner en práctica la enseñanza de la Iglesia presenta otro obstáculo. “Muchas enseñanzas no son plenamente aceptadas por ellas porque parecen contradictorias con sus experiencias personales y / o porque son muy dolorosas para las familias. Desafortunadamente, esto ha llevado a las familias a salirse de la Iglesia católica. Constituyen cuestiones de interés: el uso de anticonceptivos, el divorcio, el contraer nuevo matrimonio sin anulación, la preferencia del matrimonio civil en lugar del matrimonio sacramental, el aumento de las uniones de hecho, el aumento de las uniones del mismo sexo, la homosexualidad.” El obispo identificó además otras cuestiones que enfrentan las familias, tales como el abuso del cónyuge, las adicciones, las tendencias sociales que disminuyen el compromiso de por vida en el matrimonio y la carencia y costo de la terapia profesional.
Sobre una pregunta en particular que se centraba sobre el papel de la ley natural en la sociedad, el obispo señaló: “…La mayoría de personas no entienden o no reconocen el derecho natural. Incluso aquellos que firmemente están de acuerdo con la idea del estado como la ley natural y que ha sido referido desde hace mucho tiempo en los púlpitos, las aulas o en los temas cotidianos… Hay una necesidad de educar a los creyentes acerca de la ley natural y sus consecuencias en la vida del ser humano.”
En cuanto a preguntas relacionadas a la cohabitación dice: “Parece ser particularmente común entre los jóvenes, pero no se limita a esa franja de edad. Sobre la base de la información contenida en las investigaciones prematrimoniales procesadas por el Tribunal Diocesano de Davenport, yo diría que una mayoría significativa de las parejas que se preparan para el matrimonio cohabitan – tal vez incluso hasta un 85 por ciento o más.”
En respuesta a una pregunta sobre el caso de las parejas separadas y los divorciados vueltos a casar; el Obispo Amos precisó que algunos programas pastorales llegan a ellos, pero “ lamentablemente esto es un área de gran necesidad en la Iglesia de hoy. Todavía existe la noción de divorcio civil como un “pecado,” y muchas personas divorciadas no se sienten ‘bienvenidas’ en la Iglesia.”
En otra pregunta, en relación con el proceso de anulación, el obispo Amos expresó: “ … El sentimiento más fuerte es la opinión de que a una persona divorciada y vuelta a casar debe permitírsele recibir el Sacramento de la Reconciliación, celebrar el matrimonio en la Iglesia Católica y luego volver a una práctica plena de la vida sacramental de la Iglesia. Una forma similar a la realizada en las Iglesias ortodoxas de Oriente.”
De acuerdo con el Obispo Amos dijo que no encontró sorpresas en las respuestas de la encuesta, sino más bien la confirmación de lo que los católicos piensan:
“Es cierto que hay quienes tienen inquietudes y esperaron cambios en la enseñanza y la práctica de la Iglesia – el nuevo matrimonio después de un divorcio sin anulación, el sacerdocio casado, la plena participación de la mujer en la Iglesia, la planificación familiar y las relaciones homosexuales.”
“Algunas disciplinas no pueden ser cambiadas, otras podrían ser ajustables, en tanto que otras podrían ser cambiadas. También están aquellos que están preocupados en que la fe sea transmitida con fidelidad. Sin abandonar la fe transmitida a nosotros, tenemos que volver a examinar lo que es tradición con una ‘T’ y lo que es tradición con una ‘t’ y la forma en que nos comunicamos, en términos en que podamos ser entendidos.”