Aceptar el Espíritu Santo nos mueve a una vida llena de amor con Cristo

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Por Padre Bernie Weir

Fr. Weir

Los Estados Unidos de América es un país lleno de leyes. Parece que tenemos una ley para todo, y si no tenemos una ley para algo hoy, esperen y tendremos una mañana. Tenemos sentimientos mixtos sobre las leyes de este país. Las amamos y las seguimos. No las queremos y creemos que algunas son estúpidas. Cuando una persona quebra la ley, pensamos que deben ser castigados a la mayor medida posible de la ley. Pero si quebramos la ley, pensamos que los que dan el castigo son muy crueles y deben demostrar misericordia y perdonarlo.
No es muy diferente en la iglesia. Hay una ley, costumbre para todo. Nuevamente, tenemos sentimientos mixtos sobre ellos. Decimos cosas como: la iglesia necesita que cambiar, ya que es el 2013; o la iglesia ha cambiado mucho. ¿Por qué no puede ser como antes? Seguiré esta ley, pero esa ley no tiene sentido para mí ni para mi vida. La iglesia en la costa del Este es muy conservadora; la iglesia en el Oeste es muy liberal; la iglesia en el Medioeste necesita que ser más como…O substituye cualquier otro lugar geográfico o grupo que no sea “yo y mi grupo.”
Tenemos una relación de amor y odio con la ley—tanto que sea civil o la iglesia. Para algunos, la ley puede ser liberal porque trae orden. Les ayuda saber lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer. Puede ayudar hacer la vida más clara. Otras leyes pueden limitar o confinar y restringir la libertad.
Otras leyes nos ayudan hacer decisiones correctas y morales. Otras nos previenen de hacer lo que es moral haciendo nuestras acciones legales. La ley y la mejor forma de seguirla puede ser un dilema para muchos.
En la segunda lectura del domingo 13 de Tiempo Ordinario leímos: “Pero si los guía el Espíritu, ya no están ustedes bajo el dominio de la ley.”
Que oración tan magnifica. Incitando al Espíritu Santo, todo es posible. Estamos retirados del miedo de la ley y nos enfrentamos al Espíritu de la ley. Estamos conmovidos a solo hacer lo que es correcto porque la ley nos dice que hacer, a enfrentarnos amar la vida con Dios.
Los 10 Mandamientos se pueden ver como una carga abrumadora a una potenciación para el amor de Dios. Por ejemplo, Mantenga el Día Sábado se mueve de traernos estrés y preocupación a: si necesito que descansar de mis trabajos para hacer más tiempo y espacio para Dios. Se termina de hacer un día en donde pienso como terminare todo a un día en donde descanso en las manos de Dios.  Me doy cuenta que Dios está conmigo y me ayuda durante una semana muy ocupada. Descansar en las manos de Dios sin miedo y preocupación puede traernos amor y comodidad.  Mantenga el Sábado santo, vale la pena.
Cuando dejamos al Espíritu movernos de las cargas de la leyes, será posible vivir las bienaventuranzas y saber cuándo Dios dice Bendecidos los…que de veras somos Bendecidos. Cuando descansamos en las manos de Dios, libres de las leyes y viviendo en el Espíritu, podremos proclamar el Salmo que dice, “Te ensalzare, Señor porque me has liberado.”
(El Padre Weir es pastor de la Parroquia Santa Maria de la Visitación en Ottumwa.)


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