
Los servidores del grupo de oración parroquial de la comunidad de San Antonio, tuvieron un fin de semana de reflexión compartida con el padre Martin Salgado Arroyo. Nosotros como servidores de Dios y de la comunidad, debemos siempre estar preparados, listos para responder a las necesidades de la comunidad.
P.Martin Salgado
El Mensajero Católico
Quiero dar gracias al Señor por permitirme vivir mi ministerio sacerdotal estos días aquí en la Diócesis de Davenport en Iowa.
La fe como don de Dios se hace vida en signos religiosos muy concretos. El pueblo hispano es un pueblo Eucarístico y mariano. Creer en la presencia de nuestro Señor Jesucristo en la Hostia Santa como vivir el fervor y devoción a nuestra Señora de Guadalupe, expresa la comunión con el Dios de la vida que acompaña y que brinda esperanza.
Para construir el Reino de Jesucristo, la Iglesia esta llamada a ser una Iglesia misionera y samaritana. Estamos llamados desde nuestro bautismo a vivir con alegría nuestro ser sacerdotes, profetas y servidores de la comunidad. Llamados a participar de la misión requiere una capacidad de trabajo en equipo dejando salir desde lo más profundo del corazón esa intimidad que se expresa en nuestro pueblo en sus manifestaciones sencillas de fe.
Se requiere capacidad de servicio viviendo las palabras del Señor: “No he venido a ser servido sino a servir” (Mt. 20,28) y dejando anidar en nuestro ser “que él quiera ser el primero se haga el último” (Mc. 9,35). Cómo ministros del altar nuestra identidad es Jesucristo en su inmolación total. Así nuestra capacidad de servir se nutre de la entrega total del Señor. Entrega, que se hace tiempo,
cercanía, misericordia y ternura de Dios al acompañar a nuestro pueblo en la vivencia de su fe, en la expectativa de su esperanza y en la motivación permanente de su Caridad.
Los animo a compartir nuestra vida de fe como nos enseña el Papa Francisco:
“La fe es un don precioso de Dios, que abre nuestra mente para que lo podamos conocer y amar, Él quiere relacionarse con nosotros para hacernos partícipes de su misma vida y hacer que la nuestra esté más llena de significado. Que sea más buena, más bella. Dios nos ama”
(Francisco, “87 Jornada misionera mundial”. Agosto13, 2013).
Celebremos la Santa Misa con fervor, recemos el rosario con mucha piedad y participemos con alegría en nuestros ministerios en la comunidad parroquial.