El Miércoles de Ceniza, 17 de febrero, nuestra diócesis participa en la Colecta especial para la Iglesia en Europa Central y Oriental. Esta colecta ofrece una manera para que los católicos en los Estados Unidos se solidaricen con aquellos que experimentan los efectos continuos de vivir bajo el comunismo y la falta de libertad religiosa.
El brote mundial del coronavirus restringió los viajes no esenciales por todo el mundo. Las órdenes de quedarse en casa, el distanciamiento físico y las prácticas de cuarentena implementadas para mitigar la propagación de la enfermedad revelaron grandes y urgentes necesidades, especialmente en aquellos países de Europa del Este que aún se encuentran en turbulentas etapas de transición desde la caída del comunismo. Las economías débiles se volvieron más vulnerables; los afectados incluían ancianos, médicos, enfermeras y capellanes médicos.
En Ucrania, la Iglesia greco-católica ucraniana (UGCC) acudió en ayuda de las personas mayores confinadas en sus hogares en muchas ciudades, utilizando las instalaciones de la Iglesia para organizar el trabajo e involucrando tanto a voluntarios locales como a la asistencia del extranjero. Los voluntarios prepararon comidas y las entregaron a personas mayores necesitadas en toda la ciudad. Además, la UGCC movilizó su red de alrededor de 120 capellanes de hospitales y reunió y distribuyó ropa protectora, máscaras, desinfectantes y otras cosas muy necesarias para garantizar su seguridad mientras atendían a los enfermos en todo el país.
Por favor, sea generoso; su apoyo ayuda a nutrir comunidades en las que los católicos pueden compartir y crecer en la fe. Para obtener más información sobre la colecta y a quién apoya, visite www.usccb.org/ccee. Gracias por su ayuda para restaurar la Iglesia y construir el futuro en Europa Central y Oriental.