Listen through silence

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Dear brothers and sisters in Christ,

As I celebrate confirmations around our diocese, I meet with the young people who are about to receive that sacrament. I love hearing their stories, their hopes and dreams. One question that I ask them is: What do you want or need from the church? At a recent confirmation, one insightful candidate answered: silence.

Silence.

Bishop Zinkula

That’s something we all desperately need in our lives. We’ve become so busy doing, that we’ve forgotten how to be. We’ve become so connected to the virtual world, that we’ve become disconnected from what’s right in front of us. How can we hear the still, small voice of God unless we create a space for listening? How can we hear each other, if we don’t quiet ourselves?

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Advent calls us to just this sort of silence, to quiet waiting. To be, in the words of St. Luke, “vigilant at all times” so we can hear the voice crying out in the desert: the voice of the immigrant and refugee; the voice of victims of racism and hatred; the voice of those whom society would rather silence: the unborn… the sick… the dying… the different.

As we continue on our journey from Pentecost to Pentecost together, I hope and pray that we embrace the silence, that we are vigilant, straining to hear the Word when it is finally spoken. And, hearing the Word, that we leap for joy, eager to share that Word with others!

Escuchando a través del silencio

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,

Cuando celebro las Confirmaciones en nuestra diócesis, me reúno con los jóvenes que están a punto de recibir este sacramento. Me encanta escuchar sus historias, sus esperanzas y sus sueños. Una de las preguntas que les hago es: ¿Qué quieres o necesitas de la Iglesia? En una confirmación reciente, un candidato perspicaz respondió: silencio.

Silencio.

Eso es algo que todos necesitamos desesperadamente en nuestras vidas. Nos hemos puesto tan ocupados haciendo cosas que nos hemos olvidado de cómo estar. Nos hemos conectado tanto con el mundo virtual, que nos hemos desconectado de lo que tenemos delante. ¿Cómo podemos escuchar la pequeña y tranquila voz de Dios, a menos que creemos un espacio para escuchar? ¿Cómo podemos escucharnos unos a otros, si no nos callamos?

El Adviento nos llama justamente a este tipo de silencio, a esperar tranquilamente. Ser, en palabras de San Lucas, “vigilantes en todo momento” para que podamos escuchar la voz que clama en el desierto: la voz del inmigrante y refugiado; la voz de las víctimas del racismo y el odio; la voz de aquellos a quienes la sociedad preferiría silenciar: los no nacidos… los enfermos… los moribundos… los diferentes.

Mientras avanzamos juntos en nuestro viaje de Pentecostés a Pentecostés, espero y oro, para que abracemos el silencio, manifestación de estar atentos, esforzándonos para escuchar la Palabra cuando esta sea dicha. ¡Y, escuchamos la Palabra, saltemos de alegría, ansiosos por compartir esa Palabra con otros!

Sincerely in Christ
Sinceramente en Cristo,

Most Rev. Thomas R. Zinkula
Rev. Mons. Thomas R. Zinkula
Bishop of Davenport
Obispo de Davenport


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