La parroquia de San José y la Virgen de Guadalupe

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Por Lindsay Steele
El Mensajero Católico

West Liberty —Genoveva Aragón estaba aterrorizada cuando la llevaron a la sala de parto a los seis meses de gestación. Su hija nació pesando sólo 2 libras y Aragón temía que la bebé prematura no sobreviviera. Ella puso a la bebe el nombre de María Guadalupe “Lupe” López, y rezó fervientemente a su Santa homónimo — María, Nuestra Señora de Guadalupe.

Lindsay Steele
Padre Gregory Steckel, pastor de la parroquia San José en West Liberty, tocando la batería con Romeo López en el hogar de la familia López. Las familias hispanas en la parroquia han estado preparándose para la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual tuvo lugar el 12 de diciembre e incluyó una procesión antes de la misa el 14 de diciembre. López tocó las baterías en la procesión.

Veintisiete años después, Lupe López enjugó sus lágrimas cuando su madre volvió a contar la historia en su casa en West Liberty, junto a una imagen de la Virgen de Guadalupe. “Creemos que ella es la Madre de Dios, que hace milagros. Creemos “, dijo López.

Las familias hispanas como preparación a la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, pasan una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe de un hogar a otro, todas las noches desde principio de noviembre.

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Las familias hispanas se inscriben para albergar a la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en sus hogares. Cada noche, una fami-lia diferente se la lleva a su casa y allí rezan el rosario y las letanías de María, cantan himnos y comparten una comida. Después, se aseguran que la imagen llegue a la siguiente familia en la lista.

Unos 15 miembros de la familia asistieron a la reunión en la casa de la familia Aragón el 5 de diciembre, junto al párroco Padre Greg Steckel y al pastor jubilado Padre Dennis Martin. La familia rodeaba la imagen con flores y velas, leyendo oraciones en español, ya que honraban a Nuestra Señora. Entre décadas del rosario, la voz apasionada de la Sra. Graciela Rangel, abuela de la familia López, encabezó el canto de canciones tradicionales como “Paloma Blanca”. Después, la fami-lia y los sacerdotes comieron un guiso tradicional mexicano, o “pozole”, hecho de carne de cerdo, chile y sémola de maíz. Completaron la comida con chocolate y galletas calientes de vainilla.

Padre Steckel y Padre Martin dijeron que las familias eran muy hospitalarias y que los sacerdotes asisten a estas noches de oración tantas veces como les es posible. Para Padre Steckel, quien ha servido a la parroquia por cerca de dos años y continua trabajando con un tutor para mejorar su español, las tardes ofrece una oportunidad para conocer a los parroquianos, su cultura y su lengua. Actualmente, Padre José Sia, párroco en Columbus Junction, es el ministro sacramental en español en la parroquia de West Liberty.

“Me siento en casa con la comunidad y aceptado por las familias. Me siento más confortable (como su pastor); me siento que encajo”, dice padre Steckel.

Nuestra Señora de Guadalupe, una aparición mariana, es importante para los católicos hispanos por un sin número de razones. Los católicos creen que Maria apareció en Villa de Guadalupe, México en 1531. Muchos -como la familia López- creen que ella realiza milagros.

Padre Martin añadió que la Virgen de Guadalupe es además importante porque la cultura hispana es muy relacional y las mamás son tenidas en gran estima.

El día de la fiesta fue el 12 de diciembre y la parroquia celebró formalmente a Nuestra Señora de Guadalupe el domingo 14 de diciembre. Antes de la misa ese día, los parroquianos hicieron una procesión a través de cuatro cuadras. Durante la procesión, ellos hicieron el rosario, bailaron, cantaron y tocaron las baterías. La imagen de la Virgen fue llevada en la procesión y fue llevada a la iglesia para la misa. Después, los que participaron de la misa, compartieron los alimentos.

“Las celebraciones son una expresión de lo que ellos son, como una comunidad de fe” dijo Padre Steckel.


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