Por Hermana Jane McCarthy
Las cuatro semanas antes de Navidad se llama Adviento. Este año empieza el 1 de Diciembre. Es un tiempo que nos da una oportunidad para prepararnos para celebrar la fiesta de Navidad. Navidad en la cultura de EEUU. tiene mucho énfasis en regalos, adornos, etc. Pero la Iglesia trata de enfocar nuestra preparación para Navidad en los aspectos espirituales. Es la verdad que la Iglesia celebra el nacimiento de Jesús, igualmente es importante celebrar la Encarnación de Dios en Cristo. Sin embargo, hay más maneras de preparar la Navidad. Podemos darnos cuenta que Dios está con nosotros, estamos siempre en la presencia de Dios. Y más difícil para recordar es: Dios está con cada persona, y que debemos tratar a cada persona (incluyendo nosotros mismos) como parte del cuerpo de Cristo.
Hay muchos cosas que podemos hacer para ayudarnos a preparar nosotros mismos durante Adviento. Y la cultura latina tiene cosas en Diciembre que son espirituales: la celebración de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe y las Posadas. Si su parroquia no tiene estos eventos, puede hacer algo simple con su familia, o con sus amigos. Es un buen tiempo para incluir a sus hijos en la preparación, y las ideas para celebrar con los hijos.
La palabra “esperar” tiene dos sentidos en español: espera y esperanza. Los dos sentidos son importantes. “Espera” no es una palabra que la cultura de hoy le guste. Queremos tener cada cosa “ahorita,” no mañana, no la semana que viene, no en seis meses, “ahorita.” Pero es bueno para nosotros aprender a esperar. Cuando esperamos, hay tiempo para considerar a los otros, para recordar que Dios está adentro de nuestro ser, para tener tiempo para más creatividad, para dar tiempo a Dios, a nuestros hijos, a nuestro(a) esposo(a), etc.
La palabra “esperanza” es importante también. Esperanza es la virtud en que estamos dispuestos a continuar sin ver el fin. Por ejemplo, continuamos a rezar sin ver el resultado, continuamos a tratar alguien en una manera buena, sin ver una respuesta o una contestación, continuamos a amar un(a) hijo(a) que no nos respeta, continuamos a dar ejemplo bueno a otras sin recibir una respuesta, etc.
Si damos más atención a Dios, en otras cosas, en paciencia, en cosas buenas, en la naturaleza que Dios nos da, en momentos de silencio, en sonrisas, y mucho más, vamos a ser más ricos en las cosas que nada cuestan de dinero cuando Navidad llega.
(La Hermana McCarthy es directora del ministerio latino en la Parroquia del Príncipe de la Paz en Clinton.)