Por Guillermo Treviño
Con todas las enfermedades respiratorias que vivimos en nuestras ciudades como resultado de los cambios climatológicos y de las estaciones del año, es bueno saber que en la Iglesia Católica contamos con un Santo a quien le podemos implorar para poder recibir su protección en contra de tantas enfermedades climatológicas, especialmente las de la garganta.
Este Santo es San Blas, el santo patrono de enfermedades de la garganta y que también es conocido como el Santo de los Laringólogos. San Blas fue un médico y obispo de Sebaste en Armenia. Según la tradición, San Blas fue conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a los animales. También se cuenta que San Blas salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este evento fue el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero. Increíblemente, los animales enfermos se le acercaban para que los curara.
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