Convertirse en hombres de oración

Facebooktwittermail
Mila Grady
El padre Troy Richmond se dirige a los participantes del retiro de varones realizado en la parroquia de San Patricio en Iowa City el 1 de febrero..

Por Lindsay Steele
El Mensajero Católico

IOWA CITY — Los 115 hombres que se reunieron para un retiro matutino de oración en la parroquia de San Patricio, levantaron el ánimo del padre Troy Richmond. “Me da esperanza, ver a hombres como ustedes, tomarse un tiempo, un sábado, cuando podrían estar haciendo un montón de otras cosas”, dijo el padre Richmond, párroco de la parroquia. “Verlos aquí para aprender cómo pueden convertirse en hombres de oración es un gran regalo”.

Los participantes del retiro del 1 de febrero provenían de parroquias locales, entre ellas Sta. María, San Estanislao y San Patricio en Iowa City; la parroquia de Sto. Tomás More en Coralville; parroquia de Sta. María en Williamsburg y la parroquia de Santa María y San Matías en Muscatine. Hombres del área de Cedar Rapids, Iowa, también participaron en el retiro de mediodía. “Estábamos encantados con la participación”, dijo Mila Grady, coorganizadora.

El día comenzó con una misa y continuó en el salón parroquial con un desayuno y charlas del padre Richmond y del padre Andrew Rauenbuehler, párroco de la parroquia Sta. María de Iowa City. El padre Richmond comenzó su charla pidiendo a la multitud que reflexionara sobre el significado de la oración.

epay

“Creo que tenemos que empezar por lo fundamental… nuestra relación personal con Dios”. El padre Richmond dijo que su fe se resintió en los primeros años de su sacerdocio porque no dedicaba tiempo a la oración personal. “Fue difícil hacer la transición del seminario a la vida sacerdotal con todas las nuevas exigencias… Me alejé de la oración, se convirtió en una idea de último momento. Se convirtió en algo que hacía solo si tenía tiempo. Durante ese tiempo era más débil. Mi ministerio se convirtió más en una cuestión de seguir adelante”. El entonces padre Robert Gruss, sacerdote de la diócesis de Davenport que, ahora se desempeña como obispo de Saginaw, Michigan, animó al padre Richmond a programar un tiempo para la oración. “Lo puse en mi calendario como ‘Cita con Dios’”, recordó el padre Richmond, señalando que adquirió una sensación de claridad y un propósito renovado una vez que comenzó a dedicar tiempo a la oración personal diaria.

Animó a los participantes a programar entre 15 y 20 minutos diarios para la oración en un lugar libre de distracciones. Una capilla de adoración es ideal, pero los hombres también pueden montar un altar en su casa con velas, las Sagradas Escrituras, iconos de sus santos favoritos y otros elementos de adoración. No hay una manera correcta o incorrecta de comenzar la oración, dijo, pero es importante estructurarla. Animó a los hombres casados a que también se tomen un tiempo para orar con sus esposas todos los días. “Incluso si se trata de una decena del rosario, hagan de eso una prioridad”.

El padre Rauenbuehler pidió al grupo que ofreciera “sólo respuestas erróneas” sobre cómo la sociedad ve la masculinidad. Las respuestas de los hombres : tóxicas, exigentes, estoicas e infalibles, contrastan con la descripción que la Biblia hace de Jesús y otros hombres como personas cariñosas, sumisas a Dios y desinteresadas, dijo el padre Rauenbuehler. “Cuando la vida gira en torno a mí, cuando todo gira en torno a obtener premios, llenarme de más elogios, logros, riquezas, pertenencias… ¿qué nos pasa? Nos enfermamos, así que a menos que encontremos una manera de entregarnos en amor, nos perderemos en este mundo. Pero, si encontramos una manera de darnos a nosotros mismos, podemos ser una fuente de vida para muchos”.

El padre Rauenbuehler animó a los hombres a utilizar el acrónimo RRRR para guiarlos a través de la oración personal:               

  • Reconocer : Toma conciencia de tus pensamientos, necesidades y deseos.
  • Relacionarse : Compartir esos pensamientos y necesidades con Dios.
  • Recibir: Estar abierto a recibir el amor, la sabiduría y la dirección de Dios.
  • Responder: Resuélvete a poner en práctica el fruto de tu oración.

El padre Rauenbuehler dijo que es común pensar en la oración como algo transaccional; que si amas a Dios lo suficiente, Él proveerá. Debido a que el amor de Dios es infinito, la oración es más parecida a abrir una ventana en un día soleado y dejar entrar la luz. “La recompensa por la oración no es el resultado, es la relación” con Dios.

David Cortez, un joven adulto de la parroquia anfitriona, está discerniendo un llamado al sacerdocio o a la vida religiosa. Apreció la orientación sobre la oración y la conversación sobre lo que significa ser un hombre piadoso. “Jesús es el ejemplo más perfecto de lo que es un hombre, no lo que el mundo dice que es un hombre”.

Escuche las presentaciones

Escuche grabaciones de audio de las charlas de los padres Richmond y Rauenbuehler (solo en inglés) en https://stpatsic.com/headlines/1854-listen-to-the-men-s-retreat-talks


Support The Catholic Messenger’s mission to inform, educate and inspire the faithful of the Diocese of Davenport – and beyond! Subscribe to the print and/or e-edition which has more content, or make a one-time donation, today!

Facebooktwittermail
Posted on

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *