El poder de la invitación

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Por Padre Joseph Sia
El Mensajero Católico

Según las encuestas formales que he leído y las conversaciones informales que he tenido, uno de los elementos para promover las vocaciones al sacerdocio es la invitación personal que se puede hacer a un hombre para que considere ser sacerdote.

Fr. Sia

El Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA) realizó un estudio entre los ordenados en el 2019 y descubrió que, en promedio, que al menos hubo cuatro personas que los alentaron en su vocación al sacerdocio. En mi caso, cuando estaba en la escuela secundaria fui elegido rector de un retiro de fin de sema-na por los sacerdotes y organizadores laicos. Esa invitación provocó un pensamiento en mi cabeza: “¿Qué vieron en mí que les hizo pensar que podía ser un buen líder espiritual?”

Más tarde, cuando estaba en la universidad, algunos de mis amigos se preguntaron en voz alta si algún día iba a ser sa-cerdote. Tomé sus palabras alegremente, pero en el fondo reflexioné sobre lo que dijeron. Eventualmente, sus palabras y aliento fueron algunos de los factores que consideré cuando comencé a discernir
seriamente el llamado de Dios en mi vida.

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De hecho, Dios le habla a su pueblo de muchas maneras. Él habla a través de las Escrituras y la Palabra proclamada en la liturgia. Él habla a través del sa-cerdote o un director espiritual. Él habla a través del ejemplo de los santos. Él habla a través de nuestras propias experiencias de vida. También habla en silencio, como cuando estamos en presencia de Jesús en la adoración o cuando nos retiramos a un lugar apartado.

Además, Dios puede hablar a través de cada uno de nosotros. En el bautismo, nos convertimos en “sacerdote, profeta y rey”. Nuestro oficio profético es cómo Dios nos puede pedir que entreguemos un mensaje a otra persona. Es posible que haya notado usted a una persona en su parroquia o un adolescente en su clase o grupo de jóvenes que, ha mostrado un gran interés en su fe católica y que parece predispuesto a estar abierto a servir a Dios como sacerdote.

Pídale al Espíritu Santo que lo guíe en sus pensamientos. Si está convencido de que esa persona puede estar siendo llamado por Dios al sacerdocio, dé el siguiente paso: hable con él y comparta con él sus observaciones. Aliéntelo a que participe en actividades en las cuales pueda conversar con Dios, para que pueda discernir adecuadamente su vocación.

Me doy cuenta que esto es más fácil decirlo que hacerlo. ¡Puede que dudes o no estés seguro de hablar con una persona sobre algo tan sensible como las elecciones personales de su vida! Si desea saber más sobre el poder de la invitación, especialmente con respecto a un llamado al sacerdocio, participe del taller: “Trayendo Vocaciones a Casa” que la Oficina de Vocaciones está organizando el 7 de diciembre en la parroquia de San Patricio, Iowa City.

Hemos invitado a Rose Sullivan, directora ejecutiva de la Conferencia Nacional de Directores de Vocaciones Diocesanas, a compartir sus ideas sobre el proceso de formación sacerdotal, discernimiento e incluso sus propias experiencias como madre de un sacerdote recientemente ordenado. Este evento es gratuito, pero es necesario registrarse. Para obtener más información, visite www.davenportdiocese.org/vocations, o llame al (563) 888-4378 y solicite hablar con Colleen Darland.

(P. Joseph Sia es director de vocaciones de la Diócesis de Davenport y ministro sacramental de la parroquia de Santa María en Davenport).


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